El concepto del proyecto se inspiró en el desayuno colombiano, manteniendo la esencia tradicional de Hornitos y su paleta de colores en tonos café y terracota. Para el punto en La Castellana, se diseñó un salón de onces que narra esta tradición, en colaboración con el estudio Espacio Crudo, quienes ayudaron a construir una narrativa visual coherente a través de objetos en una biblioteca. Además, se trabajó con artesanos de Cartago para desarrollar una iluminación especial, utilizando materiales como baldosas en concreto y madera maciza para crear un ambiente cálido y sofisticado. La nueva imagen respeta los elementos clásicos de la marca, integrando acabados artesanales y una estructura metálica color chocolate que armoniza con versiones anteriores.